sábado, abril 22, 2006

EL POEMA DEL ANGULO RECTO





La última lección de vida y arte de Le Corbusier

El Círculo de Bellas Artes expone por primera vez las litografías de «El poema del ángulo recto»

J. Ors



Arriba, Le Corbusier en su estudio con unas litografías. Debajo, unas páginas ilustradas de «El poema del ángulo recto» con los dibujos y la bella caligrafía el arquitecto

Madrid- De 1947 a 1955, Charles-Édouard Jeanneret Le Corbusier ilustró y compuso «El poema del ángulo recto», un ambicioso proyecto que pretendía convertirse en «una reflexión sobre la vida y el arte». La Segunda Guerra Mundial había dejado en Europa un aire de desconfianza en la tecnología, encumbrada como motor del progreso en los movimientos artísticos que precedieron a la contienda. El arquitecto suizo, como la mayoría de los creadores de su época, habían contemplado, sin embargo, el horror y el sufrimiento que también podían causar los avances científicos, y hasta donde podían elevar el nivel de destrucción.
Humanidades y simbolismo. Preocupados por el papel del arte después de Auschwitz, Le Corbusier se propuso elaborar «una síntesis de las artes» y una vuelta a «las humanidades y el simbolismo» que plasmó en este libro que se preguntaba sobre «¿cuál es el papel de la creación y el creador? y ¿qué significa ser un artista». El Círculo de Bellas Artes de Madrid, en colaboración con Caja Duero, expone las 155 litografías de esta obra que conserva la Fundación Le Corbusier de París y que se exhiben ahora por primera vez en España y también en todo el mundo y que después de esta cita regresarán de nuevo a la sede donde permanecerán tres años sin ser prestados.
La muestra, que puede ser visitada hasta el próximo 28 de mayo en la Sala Goya, está comisariada por Juan Calatrava, director de la Escuela de Arquitectura de Granada, y recoge, además de documentos y fotografías, cuadros y «papiers collés» originales relacionados con el proceso de gestación de «El poema del ángulo recto» que, precisamente, con el motivo de este evento, se publica ahora en una edición trilingüe: francés, inglés y español. «Para él era como una obra cosmológica, un intento filosófico de explicar el mundo y el papel que tenía el trabajo artístico», explicó Calatrava, que estuvo acompañado en la presentación por Michel Richard, de la Fundación Le Corbusier, y el director del Círculo de Bellas Artes, Juan Barja, quien aseguró que estos versos «son su testamento teórico. Con este poema pretendía aportar una visión distinta del arte plástico en unos años de inflexión».
«Él quiso darle una gran importancia a esta obra pero los críticos no se lo han reconocido; ahora se hace justicia», comentó después Calatrava. La obra es una oportunidad para adentrarse en el pensamiento de un intelectual que revolucionó la arquitectura. Este libro permite un acercamiento a algunas de las obsesiones que tuvo al final de su vida como el simbolismo, la alquimia y la religión. «Él se consideraba un descendiente de los cátaros y creía en el dualismo. La lucha entre el bien y el mal recorre el poema de arriba a abajo». Para el comisario no hay ninguna duda sobre la importancia de «El poema del ángulo recto»: «Es uno de los productos más importantes de los años cincuenta, pero aún es poco conocido. A través de él, Le Corbusier demuestra que es grande no sólo por su talento, sino por cómo interpreta los interrogantes de su época».









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